jueves, 9 de marzo de 2017

Asturias, infierno natural

Que el ser humano es cada vez más irrespetuoso con la naturaleza lo sabemos desde hace tiempo, somos la única especie incapaz de compartir el espacio con ninguna otra. El cazador se queja de casi todos los depredadores porque le quitan trofeos, el que tiene una piscina se queja de las aves porque le ensucian el agua, el que tiene una terraza se queja de las palomas porque le manchan el suelo, el dominguero se queja de las hormigas porque se suben a la comida, el pescador se queja de los cetáceos porque le roba capturas, el que tiene un jardín se queja de los ratones porque hacen agujeros, el que tiene una huerta se queja de los conejos porque se comen las plantas... Tenemos tal manía persecutoria que pensamos que todo el planeta está en nuestra contra y no nos damos cuenta que, al igual que nosotros, el resto de especies sólo quieren sobrevivir. Necesitan buscar comida y refugio, y tienen el mismo derecho que nosotros a vivir en la Tierra.

Pero, en los últimos meses, este odio generalizado hacia el resto de especies ha declarado Asturias como la capital del salvajismo. Una de las provincias más bonitas de España con una biodiversidad envidiable está siendo testigo del lado más oscuro de nuestra especie. Unos cuantos psicópatas han decidido que, la mejor forma de luchar contra el movimiento ecologista, es matar de forma ilegal lobos y colgar sus restos por los pueblos. Una cabeza colgada de una señal de tráfico o un cuerpo destrozado a la puerta de un supermercado. Nada es demasiado para ellos. Estos furtivos pertenecen al mismo movimiento que aquellos que publican cada pocas semanas noticias de dudosa credibilidad sobre falsos ataques al ganado e, incluso, a mascotas y paseantes, para justificar así las matanzas de la especie y poder saciar su sed de sangre. Aunque no es la primera vez que lo hacen, esta vez han ido más allá, acabando con la vida de 3 animales en 3 días y, por supuesto, usándolos como símbolos de amenaza contra todos aquellos que defendemos a la especie y luchamos por una convivencia pacífica entre humanos y no humanos.

Tienen al lobo entre ceja y ceja pero no es el único. Estos personajes quiere acabar con cualquier animal que no les suponga un beneficio, bien económico o bien de entretenimiento. Si no se come y no se puede cazar, no lo quieren en su zona. El equilibrio poblacional no les importa, tampoco la riqueza faunística ni la biodiversidad. Su primer objetivo fué nuestro lobo, pero tampoco quieren al cormorán, ni, por lo que parece, a los cetáceos. La razón es lo de menos, si no existen causas justificadas se las inventan, incluso falsificando pruebas o difundiendo fotos de cadáveres previamente manipulados.

La última aparición macabra, una aleta de delfín clavada a un poste en una playa de la zona, demuestra que Asturias es, cada vez menos, un paraíso natural, al menos para los animales.

Imagen obtenida de La Voz de Galicia (http://www.lavozdegalicia.es)

Imagen obtenida de La Voz de Galicia (http://www.lavozdegalicia.es) 

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