jueves, 17 de septiembre de 2015

Visita a Doñana, parte II

Importante recordarlo!
De la costa pasamos al monte y a los humedales y de las aves pasamos a los grandes mamíferos. A finales de agosto el agua de los humedales, en primavera llenos de anátidas, termina de evaporarse. El calor seca también el suelo del monte pero Doñana tiene una característica especial. En el punto donde se unen ambos paisajes, debido al cambio de composición del suelo, se forma una franja donde el agua se acumula y aflora hacia la superficie. Esta línea de varios kilómetros llamada "vera" permite a las manadas de ciervos, jabalíes y otros mamíferos tener una reserva de agua y pasto verde hasta el retorno de las lluvias de otoño. Es por ello que los meses de julio y agosto son los mejores para la observación y fotografía de grandes animales.


Monte blanco delante y monte negro al fondo, enmarcando a una
pareja joven de ciervo ibérico (Cervus elaphus)
La siguiente parte del recorrido atraviesa el bosque Mediterráneo. Es un ecosistema donde abundan los árboles como el pino piñonero, alcornoque, madroño o acebuche. El suelo tiene desniveles poco marcados pero que determinan de forma muy marcada la vegetación baja. El las áreas húmedas, donde el nivel freático está muy superficial, veremos el llamado "monte negro" con una vegetación abundante, densa y difícil de atravesar como brezos, mirtos o zarzas. Por el contrario, las zonas donde el nivel freático se encuentra más profundo encontramos un suelo más seco, estamos en el "monte blanco", con una vegetación más baja y clara como jaras, cantueso y romero. Estos dos tipos de paisaje irán cambiando e intercalándose a lo largo de todo el camino y constituyen el hábitat de la inmensa mayoría de las especies de mamíferos de Doñana, de gran cantidad de aves (entre ellas muchas rapaces) y del mítico lince ibérico. Tras pasar por la única edificación del parque, un cortijo que acoge a numerosos personajes públicos durante sus vacaciones, nos encaminamos hacia las marismas.


Las marismas constituyen una de las grandes riquezas de Doñana. A pesar de su aspecto desértico, debido a que nos encontramos en la estación seca, en otoño toda su extensión se cubre de agua y en primavera el pasto nuevo y las miles de aves que la ocupan crea una alfombra de colores que se extiende a lo largo de kilómetros, sin que llegue a verse el final. En agosto, sin embargo, la imagen es igualmente impactante al ver esa enorme superficie seca, quebrada y con los últimos restos de pastos que quedan del año y que muchos animales usan para tratar de resguardarse del calor. Es en esta zona donde podremos observar la vega antes mencionada y a cientos de grandes mamíferos disfrutando de los últimos brotes verdes del verano. Entre ciervos, gamos y jabalíes nos encontramos los dos únicos tipos de ganadería extensiva de Doñana: la Vaca Mostrenca y la Yegua Marismeña, ambas razas autóctonas Españolas y que sólo se encuentran en el parque en total libertad.


Este es el cuarto y último ecosistema de esta reserva. Disfrutamos unos últimos minutos de este impresionante paisaje, aún tenemos unos 30 minutos de camino hasta el Centro de Interpretación El Acebuche, punto de salida y llegada de las rutas. Aunque es fácil averiguarlo, por si a alguien le interesa, la visita dura unas 4 horas y cuesta 29€. Los horarios varían según la temporada del año, en verano sale una ruta a las 08:00h y otra ruta a las 17:00h. Nosotros elegimos la ruta de la tarde, no se cómo sería la otra pero desde luego la luz era espectacular y el atardecer de la vuelta merece la pena. Os dejo algunas fotos más, hacia años que no veía tantos animales juntos. Si todo va bien para la primavera espero poder volver y hacer una tercera entrega con las marismas inundadas y presentaros a algunas de las aves que podemos encontrar en ellas.


Macho subadulto de ciervo empezando la época de celo
Dos rayones de unos 30-35 días de edad, probablemente huérfanos, que andaban hozando junto al cortijo

Macho adulto de gamo ibérico (Dama dama) con un espectacular pelaje de verano

Debido a la falta de alimentos caloricos en la zona, los jabalíes (Sus scrofa) ingieren principalmente brotes y raíces, por
lo que su tamaño es bastante menor que los individuos que podemos encontrar en otras provincias.

Macho adulto de jabalí junto a hembra y cría de ciervo

Grupo de hembras de gamo

Yegua marismeña
Los últimos pastos de la temporada mantienen semiocultas a una familia de vacas mostrencas

Madre y cría de este año de ciervo buscando alimento

Atardecer en Doñana, todo un privilegio

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