domingo, 8 de diciembre de 2013

Insectos fantasma

Tras una larga (larguísima) pausa me propongo volver y comenzar a publicar de nuevo al mismo ritmo que antes, estas primeras semanas incluso más ya que tengo varios bichillos con los que he tenido el placer de cruzarme en estos meses y quiero enseñaros.

El primero de ellos es esta preciosidad de insecto del orden Phasmatodea (fásmidos, insectos fantasma), donde podemos encontrar especies a los que la evolución les ha dotado de una capacidad para el camuflaje incomparable. Dentro de este grupo se encuentran los insectos palo, como el individuo de las fotos, los insectos hoja y los insectos corteza. Cada uno de ellos presenta una coloración, forma y ornamentos perfectamente adaptados a su hábitat, permitiéndoles mimetizarse con el ambiente y esquivar, de esta forma, a sus numerosos depredadores (aves, reptiles, anfibios, pequeños mamíferos...). Personalmente son unos animales con los que he podido tratar bastante tiempo y que me parecen alucinantes, tanto su aspecto como su comportamiento.


El insecto palo es un insecto folívoro, se alimenta de hojas gracias a su mandíbula que le permite masticas los vegetales. Su dieta incluye distintas especies ibérica como el rosal, la zarza, el espino o el enebro. Estos animales se colocan entre las ramas, prácticamente inmóviles y meciéndose con el aire al tiempo que las hojas para pasar desapercibido. Algunas especies tienen la capacidad, además, de secretar un líquido maloliente para disuadir a sus depredadores, aunque son inofensivos y su mejor defensa es su camuflaje.


Los machos y las hembras suelen diferenciarse tanto en el color como en el tamaño. La hembra pone cientos de huevos, que deposita bajo la tierra, sobre el suelo o en el envés de las hojas. De ellos nacen las ninfas, que realizan varias mudas sucesivas hasta alcanzar el estadío de adulto. Este tipo de metamorfosis se denomina hemimetábola y se caracteriza porque el cambio entre ninfas y adultos es apenas perceptible. Cabe destacar que la mayoría de especies de fásmidos tienen la capacidad de reproducirse tanto por reproducción sexual (participación de un óvulo y un espermatozoide) como por partenogénesis (únicamente participa el óvulo), lo que disminuye la tasa de huevos eclosionados pero permite la supervivencia de la especie sin la existencia de machos. Incluso en algunos individuos criados de esta forma e incubados a altas temperaturas se observa el hermafroditismo, ambos sexos están presentes en el mismo animal haciendo imposible la reproducción sexual.


Curiosidad: existen unas 2.500 especies de fásmidos en todo el mundo, la mayoría se encuentran en zonas tropicales con abundante vegetación y climas cálidos y húmedos. En la Península Ibérica podemos encontrar únicamente tres especies de insecto palo, muy similares entre sí, que son Clonopsis gallica, Leptynia hispánica y Bacillus rossii.


Hembra de Clonopsis gallica en Segovia
 
 
Fásmidos tropicales que mantuve en cautividad hace algunos años. De izquierda a derecha: Extatosoma tiaratum, Phillium siccifolium, Eurycanta calcarata y Neohirasea maerens.


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