jueves, 24 de febrero de 2011

Ya han vuelto las abejas

¿Quién no se ha pasado el rato viendo como las atareadas abejas recolectan polen?. Poco a poco, de una en una, van visitando cada flor de cada arbusto, un trabajo bastante duro si tenemos en cuenta que necesitan recorrer unos 40Km y visitar más de 7000 flores para producir únicamente 5gramos de miel. Desde hace unos días ya empezamos a verlas de nuevo entre las plantas, lo que nos indica el comienzo de la primavera. Junto con el gusano de seda son el único insecto que hemos podido “domesticar”, considerándose la apicultura en sí un tipo de producción ganadera. De ellas obtenemos miel, jalea real, polen, cera y propóleo, una sustancia resinosa que las abejas utilizan para cubrir las grietas pero que tiene efectos antisépticos y antiinflamatorios y se emplea en el tratamiento de diversas enfermedades como el Parkinson, la arterosclerosis, las afecciones bucales y laríngeas… Está claro que se merece un reconocimiento.



La abeja europea (Apis mellifera) pertenece al orden Hymenoptera, junto con las hormigas, los abejorros y las avispas. Es originaria de África, Europa y parte de Asia pero fue introducida también en América y Oceanía. Son animales muy sociales que forman grupos con un nivel de unión muy alto, comportándose como un único individuo. A esta sinergia de grupo se la denomina Regla de Farrar. Dentro de cada grupo existen diferentes castas: reina, obreras y zánganos. Tanto las obreras como las reinas se alimentan de jalea real durante los primeros 3 días de vida. Después las obreras cambian su dieta por la de miel diluída o polen y néctar, mientras que las escogidas como reinas continuarán tomando la jalea. Esto hace que se convierta en pupa en sólo 16 días (frente a los 21 de las obreras y 24 de los zánganos) y que aumente su tamaño y desarrolle sus órganos reproductivos. Entre los individuos de la colmena existe una comunicación que durante años los investigadores han tratado de descifrar y que denominan “danza de la abeja”. Actualmente se cree que los movimientos vibratorios determinan la distancia y orientación, con respecto al sol, de la fuente de alimento (néctar, muy energético y polen, rico en proteínas, grasas y minerales).

  1. Reina: es la única abeja fértil de la colonia y no la abandona salvo en los vuelos de fertilización o en los enjambres, para la formación de nuevas colmenas. En primavera, cuando las señales del exterior son favorables (duración del día, recolección de polen, temperatura…) comienza la puesta de huevos, en celdas hexagonales de cera. A los 3 días nacen las larvas, que son alimentadas por las nodrizas (obreras jóvenes). A la semana son selladas para formar la pupa y, una semana más tarde, emergen las abejas adultas. Las celdas de las reinas son mas grandes y están en posición vertical. Tardan 16 días en completar el desarrollo y 23 en ser fértiles. Cuando salen las adultas emiten un sonido muy característico, que se cree sirve para retar a otras posibles reinas. Las abejas reinas emiten feromonas para regular la actividad de la colmena y pueden vivir hasta 3 años.

  1. Obreras: son hembras infértiles que se encargan de limpiar y mantener la colmena, alimentar a las larvas, vigilar el panal y recolectar néctar y polen. También secretan cera para la construcción. Tardan 21 días en desarrollarse. Su ovopositor está modificado, formando un aguijón, unido a unas glándulas de veneno abdominales. Lo emplean para defender la colmena de los depredadores y mueren poco después de usarlo.





  1. Zánganos: son los machos fértiles de la colmena. Los huevos que dan lugar a estos individuos no están fecundados (reproducción partenogénica), por lo que tienen sólo la mitad de dotación genética de la especie. Tardan 24 días en desarrollarse y 38 en ser fértiles. Su función es la de fecundar a la reina durante los vuelos de fecundación. Después de esto mueren, copulando ésta con hasta 15 machos.

Dentro de la especia Apis mellifera los científicos han clasificado a los individuos en diferentes tipos o linajes en función de su ADN. De esta forma distinguimos:
-          Linaje A (grupo Africano)
-          Linaje C (grupo Carniola)
-          Linaje M (grupo Mediterráneo)
-          Linaje O (grupo del Medio Oriente)
-          Linaje Y (grupo del noroeste Africano, Etiopía)

También la especie está dividida en diversas subespecies y razas, que se agrupan en función de la zona donde habiten. Esta imagen es un mapa de la distribución de las diferentes subespecies de Apis mellifera que podemos encontrar en Europa con más frecuencia.


Las abejas son capaces de distinguir rostros humanos, según un estudio de Adrian Dyer, de la universidad de Monash, en 2005, en el que recompensaban con gotas de azúcar a los individuos que acertaban. Más tarde ha podido descubrirse que logran ésto al ser capaces de aprender la disposición relativa de los rasgos de las caras que les mostraron.








martes, 22 de febrero de 2011

En busca de las cabras montesas

La cabra montés es una de las especies más espectaculares de ver cuando hacemos una salida al campo, principalmente por su tamaño, bastante mayor que el de las especies que solemos encontrar. Probablemente haya muchos otros sitios donde encontrarla pero yo he tenido la suerte de verla en dos puntos diferentes, donde los encuentros con esta especie son relativamente frecuentes.
 Las vi de cerca por primera ver en la plataforma de Gredos, en Ávila, a pocos kilómetros de Hoyos del Espino. El primer año que fuí había poca nieve y el camino no fué complicado. Llevabamos una media hora andando (despacio, pues íbamos haciendo fotos) y encontramos, en la ladera contraria, un grupo de unas 8 o 10 cabras. Seguimos avanzando y un poco más adelante pudimos ver otro grupo un poco más pequeño. A la vuelta, casualmente, el primer grupo estaba cruzando el riachuelo hacia nuestro lado y pudimos verlas a pocos metros. De repente varias hembras se asustaron y retrocedieron, quedándose el grupo partido. Las hembras que habían cruzado huyeron corriendo de vuelta con sus compañeras. Sin embargo el macho avanzó y se perdió entre unas rocas pero unos metros más allá volvió a salir y se paró junto a nosotros. Es un animal impresionante, aunque reconozco que estábamos un poco tensos, tan cerca esa enorme cornamenta impone, y mucho.


Plataforma de Gredos, Hoyos del Espino



La Pedriza, ruta del Yelmo
La segunda vez que las vi fué en la Pedriza, en la ruta del Yelmo. He de decir que aquí fueron ellas las que nos encontraron a nosotros. Un grupo bastante grande apareció de repente de detrás de unas piedras que estaban por encima nuestra y, curiosamente, se asomaron para vernos y se mantuvieron allí un buen rato posando tranquilamente.












Macho adulto en Gredos
El nombre científico de estos animales es Capra pyrenaica, se trata de un endemismo de la península, por lo que sólo se la puede encontrar en las zonas montañosas españolas. En esta especie el dimorfismo sexual está muy marcado. Las hembras miden unos 65cm de alzada y pesan entre 40 y 50 kilos, presentan unos cuernos cortos, son muy similares a las cabras domésticas. Los machos, sin embargo, pueden alcanzar los 80cm de alzada y los 110 kilos de peso, destacando por su gran cornamenta, su barba y su pelaje mas oscuro en patas y dorso. Son animales sociales que viven en manada pero los grupos no son cerrados y cambian de uno a otro con frecuencia. Por lo general están formados por machos adultos, hembras con crías o, en ocasiones, jóvenes de ambos sexos. Los adultos se reunen en noviembre y diciembre, momento en que son frecuentes las peleas jerárquicas. Las crías nacen todas hacia mayo, para aprovechar la época de abundancia de pastos. Se alimentan principalmente de hierba, aunque en invierno pueden ingerir también arbustos y escarbar para localizar el alimento.


Aunque existe cierta controversia con este tema se cree que existen 4 subespecies de cabra montés, dos de ellas ya extintas, que serían C.p.victorieae (Gredos), C.p.hispanica (Cordilleras del Mar Mediterráneo), C.p.pyrenaica (Pirineos, el último ejemplar murió en 2000) y C.p.lusitanica (Galicia y Portugal, desapareció en 1892).


Grupo de hembras y crías en La Pedriza
Actualmente las poblaciones de cabra montés están aumentando rápidamente debido, fundamentalmente, a la desaparición de sus depredadores, entre los que se encontraban los osos, los lobos y las grande rapaces y a los importantes programas de conservación creados. Sin embargo, a finales del siglo XIX, se encontraba en grave regresión, llegando a desaparecer la subespecie gallego-portugesa. Alfonso XIII creó, en 1905, el Refugio Real de Caza de la Sierra de Gredos, para tratar de asegurar su supervivencia. En 1950 se crearon mas reservas, aunque la política de conservación no era adecuada. Durante el Franquismo, debido a la falta de indivíduos para las cacerías, se introdujeron en sustitución muflones y arruís, poniendo en mayor riesgo a la cabra montesa.





En la Sierra Madrileña la cabra montés desapareció en los años 80, el último ejemplar fué abatido por un cazador en el Valle de Lozoya. Años mas tarde se realizó una reintroducción de varios ejemplares de la especie, procedentes de la Sierra de Gredos. En concreto se soltaron 28 individuos en 1989, 30 en 1991 y 9 en 1992 con una proporción de 46 hembras frente a 28 machos. Este programa ha tenido tanto éxito que, en 2007, la población alcanzaba los 700 animales. El riesgo de que el sobrepastoreo derive en una falta de recursos ha hecho que la Comunidad de Madrid haya instalado cercas para capturar individuos, que son reintroducidos en otras zonas del país.